PRIMER GRADO ACTIVIDADES 01 - 05 JUNIO

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 " LA HISTORIA DE LA PINTURA ARTÍSTICA EN MÉXICO"

Primeros Registros

En la Baja California Sur, en la llamada Sierra de San Francisco, una extensión de cordilleras localizada en un espacio de 12,000 KM2 que abarca desde la bahía Los Ángeles hasta bahía Concepción, se encuentran los llamados Grandes Murales. Existen alrededor de 300 sitios dentro de estos murales con pinturas rupestres que datan de hace miles de años. No se sabe con exactitud cuando comenzaron los habitantes de estas regiones a crearlos, ni cuando dejaron de hacerlo. Sin embargo, se cree que estas personas se ubicaron en esta región hace aproximadamente 10,000 años, y se tiene, en uno de los sitios llamado la Cueva del Ratón, prueba de que las pinturas encontradas ahí fueron creadas hace algunos 5000.

Estas personas, que probablemente como muchas de las demás civilizaciones lo hicieron, vivían de la caza, de la pesca y de recolección de frutas silvestres. Eran seminómadas y se resguardaban en cuevas. Éstas brindaron una excelente opción para plasmar sus pinturas, con grandes superficies y un clima muy seco, lo cual hacía sencilla la aplicación de las mismas y su eminente preservación a lo largo de miles de años. ¿El significado de las pinturas? Simples expresiones de una forma de vida: personas, animales, cultos a dioses y la forma en que percibían su entorno.

La Sierra de San Francisco, que en 1993 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y asignada su protección a instituciones como el Instituto Nacional de Antropología e Historia, la Asociación Civil "Amigos de Sudcalifornia" (AMISUD), el Gobierno del Estado de Baja California Sur y el Instituto Getty de Conservación (GCI), es quizá el primer registro que se tiene de la pintura en nuestro país.


Civilizaciones Precolombinas

La mayoría de los documentos o ejemplos con lo que se cuenta en la actualidad con respecto a la pintura en los pueblos precolombinos en México son principalmente las obras realizadas sobre templos importantes o edificaciones varias, o la cerámica, las vestimentas y la misma pintura que se aplicaban sobre ellos mismos para las guerras o rituales. Era una práctica importante, aunque dejaban a un lado la belleza y preferían simplificar las cosas, únicamente basándose en que se cumpliera la función de comunicar un mensaje, o bien de adornar. Desgraciadamente, o bien viéndolo desde un punto de vista de “infancia artística” de un pueblo, no había otra manera de grabar la historia de estos pueblos mas que con pinturas y jeroglíficos. El darle este uso a la pintura eliminaba por completo la razón de pintar solamente como arte.

Quizá la más importante forma de pintura con la que se cuenta de la época prehispánica en México son los códices aztecas. Éstos eran una especie de folleto hecho de un papel sacado de la corteza del árbol llamado amátl. Los dibujos que se presentan son sencillos, con colores y poniendo en evidencia la forma de vida de esta civilización tan importante. Temas variados como las clases sociales, la actividad diaria de la gente de la ciudad y los ritos religiosos son mostrados con gran simplicidad.

Otra muestra impresionante de pintura muralista de nuestros indios se encuentra todavía en la Calzada de los Muertos en Teotihuacan. En toda la extensión de estos murales se plasmaron pinturas con muchos significados diferentes. La sociedad, el culto a los diferentes dioses como Quetzalcóatl y Tláloc, e incluso asuntos científicos como la astrología, como recientemente se descubrió, eran detalladamente explicados con dibujos. De la misma manera, se han encontrado obras semejantes en restos de otras civilizaciones como La Venta con los Olmecas, Palenque y Chichén Itzá con los Mayas y Monte Albán con los Zapotecas.


Arte Colonial

Cristóbal Colón descubriría América el 12 de octubre de 1492, bajo condiciones ya conocidas por el mundo. Él realizaría tres viajes más al Nuevo Mundo, pero no sería hasta 1521, después de numerosas expediciones de reconocimiento por barcos y almirantes españoles que Hernán Cortés toma el control de Tenochtitlán. El 13 de agosto de ese año, después de un sitio a la ciudad, el emperador Cuahutémoc se rinde. Esto resultaría en una catástrofe para el arte en general de la ciudad, pues terminarían destruyendo templos, edificaciones, murales, esculturas y todo lo que se encontraron a su paso. La misma suerte corrieron muchas otras ciudades de la época.

Durante los siguientes 300 años, España impuso a los habitantes del Nuevo Mundo el cristianismo. Los españoles, muchos de los cuales se quedarían a vivir en tierras mexicanas, comenzaron a cruzarse con las indias de la época, dando origen a los mestizos. Tanto los indios como los mestizos fueron educados en el cristianismo, y en general en los conocimientos occidentales europeos que no habían estado disponibles anteriormente. Todo esto resultó en un choque de culturas y el surgimiento, poco a poco, de un arte complementado entre los antepasados y la forma de vida anterior a la Conquista de los indios, y la cultura europea de los siglos XVI, XVII y XVII.

Empujados por la inteligencia y tradición europea, y con la chispa y trabajo de los indios educados, se inició la elaboración de obras arquitectónicas, guiadas por los primeros y llevadas a cabo por los segundos, así como esculturas y pinturas. El talento con el que los indígenas de nuestro país habían creado anteriormente obras a favor de los dioses, ahora eran puestos a trabajar a favor de la religión católica. Los atuendos de plumas coloridas utilizadas anteriormente para sacerdotes aztecas ahora eran diseñados para sacerdotes católicos y como éste, muchos otros ejemplos.

En general, la pintura mundial, con sus ojos puestos en México, opina que las obras anteriores a Rodrigo de Cifuentes carecen de cualquiera de las características en las que los críticos de pintura se enfocan: el dibujo con correctas proporciones, la ciencia del claro-oscuro, la perspectiva y el sabor de la belleza y la gracia. Se dice que Rodrigo de Cifuentes, nacido en Córdoba en 1493, y quien llegó a las costas de Veracruz en el año 1523, es el primer maestro europeo llegado a México y de quien provienen las primeras obras de arte mexicanas. Se puso a la orden de Hernán Cortés, lo siguió en su conquista por Honduras y realizó retratos de el. No están 100% comprobadas las fechas, pues varios registros históricos se contradicen. Es puesto en el mismo plano con Alonso Vásquez y su alumno Juan de Rúa.

Otro de los primeros pintores registrados en habernos dejado obras importantes es Baltasar de Echave. Nació en el pequeño pueblo de Zumaya, España, al final del siglo XVI y vino a México cuando muy joven a terminar sus estudios de pintura. Algunas de sus obras más importantes como “La Adoración de los Tres Reyes Magos”, “La Adoración en el Jardín”, y “La Visitación” se encuentran en la Academia Nacional de San Carlos. Murió a mediados del siglo XVII.

También se disputan las primeras obras de las cuales se tiene conocimiento en México los pintores Simón Perynes y Sebastián de Arteaga, quienes existen cuadros en la Ciudad de México y particularmente en la Academia Nacional de San Carlos. Muchos de estos autores eran pintores de profesión, comisionados a realizar obras de acuerdo a situaciones especiales. Sin embargo, el trabajo de educar en la pintura a los indios estuvo a cargo de los misioneros. Se tiene registro de Fray Pedro de Gante como uno de los precusores de esta enseñanza, llevada a cabo en la capilla de San José, que él mismo edificó.

En cuanto a ésta enseñanza se refiere, los maestros misioneros de pintura se limitaban a presentar obras traídas de Europa y presentárselas a los indios para que tuvieran una idea de cómo debían de proceder. Esto trajo consigo que esa primera escuela nunca ejerciera su creatividad, sino que se quedarían con la firme idea de copiar trazos y elementos que les eran perceptibles a su aún no educado ojo artístico.

Fue a mediados y finales del siglo XVII en que una nueva y poderosa generación de pintores, escultores y arquitectos españoles con fuertes estudios (algunos de ellos estudiaron con el maestro Miguel Ángel en Italia) llegó a México y comenzó a fomentar el movimiento entonces llamado Renacimiento. Nombres como Alonso Berruguete, Gaspar Becerra, Vicente Joannes, Pablo de Céspedes, Francisco Ribalta y Pedro de Villegas nos dejaron excelentes obras para la posteridad. Sin embargo, lo más importante que nos dejaron, fueron los cimientos de la nueva academia española de pintores, que, aunado al creciente sentimiento de pseudonacionalismo exhalado por los indios, nos dejaría el camino listo para los primeros pintores mexicanos de renombre mundial.


Siglos XVIII y XIX

Al final del siglo XVII, surgieron otras figuras antes de las mencionadas, quienes para separarlos de tales diremos que ellos sí entraron al nuevo siglo y siguieron creando obras en el mismo, que fueron el puente entre los maestros españoles que realizaron sus creaciones en México, y los autores mexicanos que vendrían a imponer al fin un sello 100% mexicano. Juan Rodríguez Juárez es uno de ellos, Ruiz Morlete es otro, seguido por Miguel Cabrera y un alumno de éste último, Alcíbar, con quien se cierra la lista de “los antiguos pintores mexicanos”.

El 25 de diciembre de 1783 se funda la entonces Real Academia de San Carlos de las Nobles Artes, nombre que fue cambiando a través de los años hasta devenir en la actual y simplificada Academia de San Carlos. Con ello toma lugar la formación de la escuela de pintura y arte en nuestro país de mayor importancia. En ella ingresaron muchas personas ya nacidas en México, en muchas de las ocasiones ya con la sangre española solo en algunas generaciones atrás.

Con la Academia de San Carlos se dio un fenómeno que era de esperarse, y que se presentó en las demás expresiones artísticas en mayor o menor grado. En épocas en que la independencia de México estaba tomando forma, los liberales y los conservadores peleaban por el poder. De la misma manera, existían los pintores educados y los pintores “regionales”. La Academia de San Carlos promovía el debate entre ambos cuando proveía al público con retratos de altas figuras de la política o la alta sociedad, mientras que posteriormente surgían de ella obras de gente campesina obteniendo sus ideales de paz y justicia.

Dos de estos artistas regionales que sobresalieron fueron Hermenegildo Bustos y José María Estrada. Algunas de sus obras pueden verse en el Museo Andrés Blaisten (que por cierto cuenta con una página de Internet excelente y les invito a conocer, cuenta con la biografía de muchos de los pintores mexicanos sobresalientes así como de algunos extranjeros). En cuanto a los artistas “educados” se pueden citar a Rodrigo Gutiérrez y José María Vásquez. La sencillez de los pintores regionales inspiró a muchos de los mejores pintores mexicanos del siglo XX. Los paisajes, las clases baja y media y algunos otros temas de interés en la época, expuestos de una manera conservadora, con excepciones, fueron los cimientos para el muralismo y otras corrientes que prosperaron en todo el siglo XX.


Siglo XX

Sin duda una muestra inequívoca de que México avanza cada vez más en sus artes plásticas y escénicas la podemos encontrar en el siglo XX. O más bien deberíamos decir “muestras”, dado que la cantidad de pintores que florecieron en este período fue extraordinaria. La Revolución Mexicana, una vez más un movimiento político y social dentro del país fue lo que avivó el sentimiento nacionalista de nuestro pueblo, y generó una inspiración que manejaría el talento nato de los artistas para crear obras duraderas sobre temas como la muerte, las clases sociales, la guerra y sentimientos como la pasión y la ira.

Como se mencionó anteriormente, los murales fueron característica importante de la pintura de este siglo. En sus principios, surgieron nombres grandes como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco. El paisajista más famoso, y por igual todo un personaje por su inventiva y su política artística (dirigió una huelga que arremetió contra el director de la Academia de San Carlos), fue Gerardo Murillo, conocido por todos como el Dr. Atl. Destacaron también pintores como Rufino Tamayo, Frida Kahlo, Carlos Orozco, Gabriel Fernández Ledesma y muchos otros.


* ELABORAR UNA TABLA CON LA INFORMACION

* INVESTIGAR DOS ARTISTAS PINTORES DE MEXICO



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